Este pasado día 6 de mayo, a las 19.15, en el Edificio Constitución 1812 de Cádiz, en la Sala Argüelles tuvo lugar la ponencia <<La literatura sobre la Inquisición durante la restauración absolutista>> a cargo de Daniel Muñoz Sempere. Se encontraba dentro de las ponencias del I Congreso Internacional Liberal: La Represión Absolutista y el Exilio.
La conferencia se basó en la etapa del primer
exilio. Con la vuelta de Fernando VII se suprimieron las cortes de Cádiz.
Flores desde el exilio escribe al rey defendiendo las cortes. Aunque muchas
medidas no se pudieron llevar a cabo consiguieron hacer que la opinión pública
detestara la inquisición, valga la redundancia se sometió a opinión pública.
La inquisición se representaba como un edificio,
como el antiguo régimen, como un edificio gótico, un presente encantado por el
pasado.
En esos años era posible encontrar comparaciones de
la inquisición con la bastilla francesa.
En los debates de las cortes dicen que es una
institución impuesta por fuerzas extranjeras y contraria a la constitución. Es
como un monstruo gótico que debe ser derribado.
En Larra
aparece la lápida de la inquisición.
Es problemático a la hora de
explicar su aparición en la época de los
Reyes Católicos, considerada la época del surgimiento de la nación, es la parte
más oscura de esta nación, es como el brazo ejecutor de la represión.
La obra de Llorente, Primera Historia Independiente de la Inquisición, se convertirá en
un modelo, está basada en materiales
originales. Se sabía mucho de la teoría
inquisitorial pero no de cual había sido la práctica en los últimos siglos.
En el caso inglés, el número de publicaciones
sobre la inquisición sorprende por lo numerosa y variada. Existe el peso de la
llamada leyenda negra, y por otro lado la guerra, presente como campaña para
parar a Napoleón y para librar a los españoles de la inquisición.
La abolición del santo oficio se sigue con
simultaneidad en Inglaterra.
La
inquisición sin mascaras de
Antonio Puigblanch, establece las bases del pensamiento anti-inquisitorial.
Este emigro tras haber estado preso en Gibraltar,
se le dio asilo para no contribuir a la inquisición. Puigblanch habla sobre los Caprichos de Goya como
ejemplo de que estaba puesta la mira sobre la inquisición.
La obra de Puigblanch no es la única que se
traduce en ingles, la de Ruiz de Padrón también. El tema español en Inglaterra es un tema muy dinámico, son obras que
están un poco dialogando entre sí, retratan problemas nacionales.
William Cobet, acusa al gobierno de colaborar
con Fernando VII para restaurar la inquisición.
Los emigrados publicaron mucho, el problema es
que se publican obras anticlericales, estas traducciones se hacen en
colaboración de los emigrados. Estos años son los de más actividad. Esta simbología de la inquisición se ve en la
literatura de esos años.
Rita Bonnín Forteza
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