jueves, 5 de junio de 2014

Doña Inés y su importancia en el desenlace de Don Juan Tenorio





La obra de José Zorrilla, Don Juan Tenorio,  es un drama romántico dividido en 2 partes, publicado en 1844. Es heredera de El burlador de Sevilla y convidado de piedra (1630), de Tirso de Molina, obra de tratro en la que se recoge por primera vez el mito de don Juan, que es el personaje por excelencia del teatro español. 

El papel de la mujer en el final de Don Juan Tenorio es de gran importancia, ya que doña Inés, con el sacrificio de su alma salva a don Juan de ir al infierno, su papel es el de gran redentora, cosa que logra con el amor tan grande que siente por el protagonista y con sus ruegos a Dios. Todo esto se ve reflejado en este fragmento:

Escena III

DON JUAN, la ESTATUA de don Gonzalo, DOÑA INÉS, sombras, etc.

 
DOÑA INÉS
No; heme ya aquí,
don Juan; mi mano asegura
esta mano que a la altura
tendió tu contrito afán,
y Dios perdona a don Juan
175
al pie de mi sepultura.
DON JUAN
   ¡Dios clemente! ¡Doña Inés!
DOÑA INÉS
Fantasmas, desvaneceos:
  -[fol. 94r]-  
Su fe nos salva... volveos
a vuestros sepulcros, pues
180
la voluntad de Dios es;
de mi alma con la amargura
purifiqué su alma impura,
y Dios concedió a mi afán
la salvación de don Juan
185
al pie de la sepultura.
-294-
DON JUAN
   ¡Inés de mi corazón!
DOÑA INÉS
Yo mi alma he dado por ti,
y Dios te otorga por mí
tu dudosa salvación.
190
  -[fol. 94v]-  
Misterio es que en comprensión
no cabe de criatura,
y sólo en vida más pura
los justos comprenderán
que el amor salvó a don Juan
195
al pie de la sepultura.


Esta obra es un tanto peculiar con respecto a los otros dramas románticos de la época. Su singularidad reside precisamente en el final, ya que una de las características de los dramas románticos es la del destino fatal del protagonista, del que no puede huir y que siempre termina en tragedia. Por ejemplo en Don Álvaro o la fuerza del sino, obra del Duque de Rivas, el protagonista al verse rodeado de tanta muerte y destrucción se quita la vida arrojándose por un precipicio, aunque su amada Leonor intentara salvarlo un poco antes perdiendo su vida en el intento. En cambio en Don Juan Tenorio gracias a la intervención de doña Inés logra salvarse y vivir en el paraíso con ella. El final dentro de lo que cabe no es tan desolado como el de Don Álvaro ya que el protagonista después de una vida de calavera con muchas fechorías a sus espaldas logra salvarse de ese destino cruel que le aguardaba. En uno de los últimos fragmentos incluso podemos ver la aparición de ángeles celestiales, el fragmento pertenece a la acotación final de la escena III y a toda la escena IV, en la que también podemos ver la dicha redención de don Juan donde está dándole gracias a Dios por perdonarlo.


(Las flores se abren y dan paso a varios angelitos, que rodean a DOÑA INÉS y aDON JUAN, derramando sobre ellos flores y perfumes, y al son de una música dulce y lejana, se ilumina el teatro con luz de aurora. DOÑA INÉS cae sobre un lecho de flores, que quedará a la vista, en lugar de su tumba, que desaparece.)

 

 
 -295-  


Escena IV

DOÑA INÉS, DON JUAN y los ángeles.

 
DON JUAN
   Clemente Dios, ¡gloria a Ti!
Mañana a los sevillanos
aterrará el creer que a manos
de mis víctimas caí.
210
Mas es justo; quede aquí
al universo notorio,
que pues me abre el purgatorio
un punto de penitencia,
  -296-  
es el Dios de la clemencia
215
el Dios de DON JUAN TENORIO.

(Cae DON JUAN a los pies de DOÑA INÉS, y mueren ambos. De sus bocas salen sus almas, representadas en dos brillantes llamas que se pierden en el espacio al son de la música. Cae el telón.)


Rita Bonnín Forteza

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