Desde siempre, se sabe que la
poesía del siglo XVIII tuvo una gran influencia en el mundo literario. Dentro
de los poemas de esta época, podemos apreciar que aparecen muchos temas, pero
particularmente, él de la mujer. Ella supone una fuente de inspiración para los
poetas. De esta manera la poesía puede convertirse en una declaración de amor
para los autores, ayudando a su vez a expresar sus sentimientos hacia ellas.
Estos conceptos los podremos ver a continuación en algunos de los poemas
siguientes, los cuales han sido extraídos del libro “Poesía española del siglo
XVIII”, de la edición de Rogelio Reyes de Cátedra.
El primer poema que he elegido se
titula Idilio VI a Galatea, y vemos
que el autor Gaspar Melchor de Jovellanos, hace un retrato positivo de la mujer
exponiendo su belleza. Su poema va dirigido solamente a su musa Galatea, de la
cual se inspira para expresar sus sentimientos. Por lo que vemos como es la
figura de la mujer, el tema principal de este poema y que es el motivo de su
escritura.
Aparece también el tema de la
mujer en el poema de Nicasio Álvarez de Cienfuegos, titulado Un amante al partir su amada. Sin
embargo, hay un tono diferente del poema anterior, ya que el poeta se muestra
desilusionado al ver como su amada parte apenada y sin poder estar juntos.
Sería como un amor ideal pero imposible, lo cual quiere decir que el amor no
triunfa. A pesar de esto, vemos que el autor se dirige también directamente a
su amor, como podemos observar en el poema cuando el poeta menciona
continuamente el nombre de su amada.
El último poema que he
seleccionado es muy breve, se llama A una
muchacha llorando por Ebn Al Rumí. En este poema, el autor relaciona la
imagen de la mujer cuando llora con la semejanza de una flor tras caerle el
rocío. Describiendo la figura de su amada como "su flor", que aún con
lágrimas en sus ojos se ve hermosa.
Cual la viola del huerto,
cuyas süaves hojas
brillan con el rocío
que derrama la aurora,
parece la flor mía,
cuando a la angustia brotan
de sus ojos azules
mil perlas deliciosas.
cuyas süaves hojas
brillan con el rocío
que derrama la aurora,
parece la flor mía,
cuando a la angustia brotan
de sus ojos azules
mil perlas deliciosas.
Finalmente, los poemas del siglo
XVIII se centran mayormente en la figura de la mujer, como hemos visto
anteriormente. Cada poeta habla de la mujer adorada según le conviene, ya puede
declararle sus sentimientos, admirarla o desearla. La mujer sigue siendo uno de
los mitos para los poetas, y será siempre una fuente de inspiración y
motivación para ellos. Ella es un símbolo muy importante y caracterizado en
el siglo XVIII.
Anne Deguines
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