En esta entrada
trataremos el tema de la mujer en la poesía, que siempre ha sido un tema
recurrente. En este caso veremos la mujer que aparece retratada en algunos
poemas pertenecientes al libro de “Poesía española del siglo XVIII”, editado
por Rogelio Reyes, de la editorial Cátedra.
Quiero comenzar
poniendo de relieve que debido a las complicaciones a la hora de establecer una
cronología en las épocas literarias, no podemos a veces poner unos límites muy
claros a estas, además siempre suele haber distintas opiniones entre los entendidos
en la materia. Es por eso por lo que no podemos a veces entender la literatura
de una época sin conocer las anteriores, ya que es algo que se encuentra en
continua evolución. En este caso, podemos observar como algunos de estos poemas
en los que aparece la mujer tienen cierto parecido con la poesía del siglo de
oro, en la que aparece la mujer idealizada como en Garcilaso, o a la que se
satiriza como en la poesía de Góngora o Quevedo.
En este caso en El
Idilio VI a Galatea, de Jovellanos, en la que el poeta ensalza y idealiza a
su musa:
Veo que en tus mejillas
la rosa bermejea,
y del clavel purpúreo
tus labios son afrenta.
Juegan sobre tu boca
las risas halagüeñas,
y en el ebúrneo pecho
la cándida azucena
derrama su blancura.
Podríamos compararlo con el soneto XXIII de Garcilaso
de la Vega:
En tanto que de rosa y
azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
También temáticamente,
alguno de los poemas como son el de Nicasio Álvarez de Cienfuegos, Un amante al partir su amada, o el el de
José Marchena, Heloísa a Abelardo, podríamos
equipararlos a las jarchas, o las cantigas de amigo pertenecientes a la
literatura medieval.
En el poema
de Nicasio Álvarez de Cienfuegos el hombre está quejoso de la partida de la
amada, porque no volverá a verla, aunque en algún momento también es cierto que
habla mal de las mujeres en general, podríamos ponerlo a la altura de las
cantigas de amor galaico-portuguesas, en las que un hombre se queja del
desprecio de su amada. El sentido del amor de estos poemas es el amor
provenzal, el poeta es el súbdito de la dama. El poeta llora, gime, enloquece o
muere por esta mujer.
Y yo entretanto de mi Laura
ausente
en soledad desesperada lloro
y lloraré sin fin. Si yo la
adoro,
En el
poema de José Marchena, Heloísa, aparece como emisora de una súplica a su
amado, Abelardo, para que regrese junto a ella. Tema que aparece mucho en las
jarchas y en las cantigas de amigo galaico-portuguesas, en las que una mujer enamorada, que manifesta su pena por la ausencia,
tardanza o infidelidad de su amado. Son poemas de queja. A veces la amada se dirige directamente al amado.
Aunque en este caso Heloísa ha hecho sus votos ante Dios.
Lejos de ti, mi dulce amor, y lejos
del mundo y del placer, eterno llóro
¡mísera! Me consume: en él sumida
me halla la Aurora, en él la oscura noche.
Huye de mí el descanso; horribles sombras
mi sueño cercan de temor helado.
[…]
Vuelve, Abelardo, a mí, vuelve; en tus brazos
En conclusión, el tema de la mujer en la poesía aparece a lo largo de la historia de la literatura, y es un tema que no deja de utilizarse por mucho tiempo que pase, y como hemos podido ver en este caso, la poesía del siglo XVIII en la que aparece la mujer, se nutre muchas veces de la poesía de periodos anteriores.
Rita Bonnín Forteza
Rita Bonnín Forteza
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