martes, 20 de mayo de 2014

La mujer en El estudiante de Salamanca y en La peña de los enamorados


En esta entrada reflexionaremos sobre el tema de la mujer en el Romanticismo a partir de El estudiante de Salamanca, de José de Espronceda, y un cuento romántico: La peña de los enamorados.
Empezando por El estudiante de Salamanca, encontramos un tema recurrente que es el del burlador, que también podemos reconocer en Don Juan Tenorio de Zorrilla, y en La Regenta de Clarín. El burlador suele ser un hombre relativamente joven y apuesto, que no acepta más normas que la suya propia, escéptico en cuanto a Dios y a los seres sobrenaturales y que va construyéndose una larga lista de conquistas. El burlador -Félix de Montemar en este caso- suele ser que se relaciona con lo diabólico y que solo se arrepiente de sus errores una vez que sabe que no tiene más destino que el de la muerte.
 
 

Ahora bien, la mujer que se convierte en el próximo objetivo de Félix de Montemar se llama Elvira, y se describe como una chica ilusa e inocente que cae en las redes del seductor, creyendo en el amor eterno, a pesar de que Félix solo la quiere para pasar el rato. En el texto se insiste en la pureza del amor que ella siente. Se describe el proceso de cómo Elvira se ve presa de la enajenación que es fruto de pasiones que han alborotado su alma.
La mujer, como vemos, es una figura patética que es seducida sin remedio y cae presa de un amor que la va a llevar al desastre. Siempre son mujeres puras de sentimiento y ejemplares.

Veamos ahora el cuento.
La peña de los enamorados, que apareció en la revista Semanario Pintoresco Español, trata la leyenda de por qué la mencionada peña de Granada se llama de esa manera. La historia cuenta que un cristiano y una musulmana huyen por amor, ya que sus religiones no les permiten estar juntos. Pero, cuando el padre de la muchacha los persigue, a sabiendas que su amado morirá y que ella sufrirá por ello, deciden arrojarse juntos desde un peñasco.

Es un cuento muy descriptivo, contado en tercera persona y con un tratamiento temporal cronológico. Vemos que, como en El estudiante de Salamanca, los temas principales (muy comunes en el Romanticismo) son el amor y la religión. En este caso, el amor de la mujer es sinceramente correspondido, y ese final trágico se da de una manera diferente. También ambos mueren, pero lo hacen por amor y por “voluntad propia”. Mientras que en El estudiante de Salamanca, Elvira muere de pena por el abandono de Félix de Montemayor. Nos damos cuenta de que una vez más los sentimientos puros de la joven son los que le llevan al desastre, sin poder alcanzar el final feliz que tanto había anhelado y creído que tendría.

Virginia Jiménez Delgado

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